Tanto creemos en el silencio como en la palabra exacta para nombrar las cosas. Sabemos que los segundos no son solo eso cuando el silencio los acompaña. Que basta inyectarle una gota de silencio a un segundo para hacerlo crecer de manera exorbitante, de calibre tal, que esa fracción puede llegar a ser una eternidad. Sabemos que es en ese instante del tiempo detenido donde se encuentran las palabras ocultas habitando otros cuerpos, otros cielos, otras formas quizá. Sabemos que esperan pacíficas a que nos asomemos con la más profunda contemplación para decirnos aquí estoy, quitame el velo, nombrame.

Es un proyecto de Casa Editorial 19-84 en colaboración con Radio Ocote.

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Aficción

Carlos Ovalle (gt)

 

Tenía el diccionario en la mano. Talvez allí, en ese viejo y rallado libro que usó durante la secundaría podría llegar a entender la carta que llegaba desde el norte. Hablaba de proyectos, de flores, olores, de alegría, de esperanza. De mano en mano había recorrido ciudades, carreteras y desiertos. Ansioso al abrir el sobre de un celeste muy pálido, reparó en la caligrafía, reconocible y próxima, la ele, la pe, la ese. Era la letra de su hermano, no tenía dudas.

¿Pero por qué no le entendía? Pasó toda la semana releyéndola, se detenía en cada palabra, uniéndolas para formar cada frase. La que más le costaba era la despedida.

Ojalá alguna vez tengas la oportunidad de sentir ese fogonazo a tus sentidos. El invierno de luces mortecinas que nunca calientan, aunque el cielo esté azul y despejado, se aleja en cada aurora. La primavera es esperanza, es camino, es alegría.

La abrió por el principio, por la letra A, repasó rápidamente las entradas y allí estaba.

AFICCIÓN:

De aflicción. Loc. en Guat.

1.    Dolor que causa la imposibilidad de imaginar o de soñar.

2.    Enfermedad mental en Guatemala.

Entonces sí. Lo entendió todo.

Almálida

Darwin Andino (Hn)

 

Almálida: f. Hond., Nic. Gt. Sombra definida de una persona, que se ve en paredes o muros justo antes de caer asesinada por una explosión. La sombra requiere una alta definición en los contornos del ser humano que representa; es visible durante uno o dos segundos y debe ser producida por la misma explosión que ocasiona la muerte.

Se cree que su origen proviene de la rama semítica meridional de la familia afroasiática. Un uso arcaico de la palabra se le otorgaba a un momento de la tarde, cuando la luz del sol marcaba las montañas a la altura de los ojos de las personas en la tribu A'ad, determinando así la muerte de su día solar.

La raíz del vocablo que más se acepta entre lingüistas de distintas regiones, procede de una marca de pólvora que aparecía tras la muerte por ejecución, en la España de inicios del siglo XIX. Se descubrió en diversos manuscritos, al vaciar los bolsillos de mujeres que fueron ejecutadas durante la Guerra de Independencia Española. Se cree que, siendo una deformación de otro vocablo árabe, Ash-al-malid, que literalmente significa “Rastro de la muerte”, se utilizaba como amuleto para perpetuar el alma en las paredes de ejecución.

Fue traído a la Capitanía General de Guatemala en el año 1821, según se cuenta en las Crónicas de los Pliegues de Independencia del escritor andino Edward B. (Tenjo, 1844). Se registró su uso en el continente americano por primera vez en las ejecuciones de mujeres libertarias de Xela, luego se esparció a los países recién fundados, en sus propios conflictos armados internos.

Anguledad

Julio Prado (gt)

 

(sustantivo). Dícese de la sensación que un sujeto experimenta cuando una red social no está disponible, provocándole un sentimiento complejo de angustia, ansiedad y soledad, debiendo enfrentarse al silencio, junto a la sensación de que está fuera de lugar, perdiéndose de algo.

Cuchi cuchi

Susana Moliner (es)

 

La grasilla necesaria para que la relación se produzca. Es el fermento desde el que nace y se produce la vinculación con el afuera y el aprendizaje con el entorno. La materia imprescindible para que el engranaje social funcione. Dícese también de la ternura y el amor que ofrecemos al prójimo por puro placer.

Curreitor

Susana Moliner (es)

 

Trabajador o trabajadora incansable en las artes sensibles de la cultura. Es la suma del vocablo en argot español “currar” que significa trabajar duro, a destajo y a pleno sol, y del vocablo inglés “curator” que cura y cuida los contenidos sensibles en un dispositivo cultural. Se caracterizan por su entusiasmo desbordante y sus precarias condiciones laborales.

Datines

Enrique Pazos (gt)

 

Conteo reportado de personas contagiadas de covid19 en un día dado. No son el conjunto de datos sino los datos del día.

Ej: Vamos a ver cómo van los datines hoy.

Desacumular

Luisa Toledo (gt)

 

Ese acto de irse despojando de todo lo que no se usa, tacones, maquillaje, enojos, recuerdos. Lo que quedan son espacios ordenados como por la Kondo. Por fuera y por dentro.

Desinfarto

Javier Payeras (gt)

 

Reanimación súbita de un órgano encargado de las emociones, la sorpresa y el asombro. Palpitación que nos despierta esperanza y comienzo. Remiendo en la voluntad de vivir. Contradicción misma de la muerte. Anulación de los errores cometidos, para integrar una segunda oportunidad en el interior y de esa manera avanzar como si la tristeza, la culpa y el dolor pretérito quedara en el olvido.

Duplerilalia

Rafael Romero (gt)

 

1. f. Dícese de la capacidad que puede llegar a desarrollar un individuo que, por decisión propia o por circunstancias ajenas a su voluntad en su entorno inmediato, decide invertir la mayor parte de sus horas de vigilia para conectarse con el exterior a través del cristal de una ventana. Mediante un agudo proceso de observación y sugestión, el individuo es capaz de recrear en su interior desde la agitación de una paloma mientras trata de acaparar la mayor cantidad de migajas con su pico hasta el llanto sordo de la anciana que pide en la esquina cuando cuenta mentalmente los días que lleva sin probar un plato de comida caliente.

Encrujir

Angélica Quiñónez (gt)

 

(v. intransitivo) Acción de saturarte con incomodidad absoluta cuando te descubres desde los ojos de otros. Una pinta de vergüenza, un punzón de sufrimiento, varias cuentas de remordimiento y una pequeña puñalada de nostalgia. Puede proyectarse externamente como encrujimiento, sustantivo abstracto de la acción y efecto de encrujir. También conocido como el cringe.

Esquizo-festivo

Alejandro Marré (gt)

 

“Las mil y una caras de la fiesta se activan y desactivan en pleno chonguengue, uno, dos, 14,000 veces, azul y así sale el otro trago, ¡ajúa papá! Sí, bueno, ¡ya cállate 3! porque 4 nos miran. ¿Por qué eres así? Qué siga la party azul!

Genocija

JP (gt)

1. m. y f. Persona respecto de su padre, el cual ha cometido genocidio. 

2. m. y f. Descendiente de lo que pertenece o ha sido relativo al genocidio y que niega su existencia.

Ej. La candidata de tal partido es una genocija.

Llulena

(cuelloviznando, relampagotamiento)

Diego Villaseñor (mx)

 

a ti, nocturna llulena

yo viento

ululando

te aúllo

y no me ahuyento

 

te canto con el arpa lluvia

nota tras gota

y de boca a boca

 

quiero quedarme

en tu cuelloviznando

hasta bien entrado el sol

o el relampagotamiento.

Lo grigri

Susana Moliner (es)

 

Palabra que se utiliza en África occidental para denominar los objetos mágicos. Su adjetivación describe situaciones que son capaces de transcender y abrir otros posibles aún por determinar. Es el marco invisible sin prejuicios o ideas preconcebidas, donde se pueden producir nuevas subjetividades de la realidad. Es muy recomendable este tipo de situación para dejar que pasen y que lleguen las cosas que son capaces de descentrar_nos.

Malma

Jimena Pons Ganddini (gt)

 

Entre la maravilla y la calma existe una palabra que aun no ha sido nombrada. Pareciera que hacía falta observar cómo la ponías en acción para darse cuenta que allí estaba lista para saltar de la lengua a la existencia.

Podría mostrarte que genuinamente necesito esta palabra, que tiene uso para describir todo aquello que benévolamente toca el alma. Que la preciso para nombrar lo que va más allá de lo palpable porque se siente, conmueve, emociona, mas no se toca.

¿Hace cuánto apretaste la palabra contra tu pecho para hacerla tuya? o ¿fue al revés y nació de tu pecho y tú la tomaste gentil entre tus brazos para anidarla? ¿Desde qué rincones nos lanzabas pistas para que aprendiéramos a leerla en ti?

"Malma" es la palabra que encontré. Estaba allí una de esas noches de miradas clavadas en el techo en la que mantenía una conversación muda contigo: "a veces me parece que consigo sentir su alma, toda ella me resulta malmable", nos dije en mi monólogo. Estaba allí también cuando te imaginé en tu espacio y pensé: "ella no pinta, cuando coloca el pincel sobre el papel lo que hace es malmar lo que la inquieta, lo que la mueve por dentro". También la encontré cuando te pensé frente a tu ventana imaginando al mar: "ella posó sus ojos sobre el horizonte con esa mirada malma que devuelve toda calma".

Yo tardé, como tardo en todo, en discernirla entre el resto de palabras que te acompañan. Pero haberla descubierto, aprenderte a leer, este es mi regalo para ti.

Missear

Susana Moliner (es)

 

Echar mucho de menos a alguien o algo. Hacer reverberar en el presente la ausencia de un momento o de una persona.

Noética

Patricia Ganddini (gt)

 

Capacidad del individuo de distanciarse de sí mismo para juzgarse, asumirse, tolerarse.

Oniria

Nicté Serra (gt)

 

Una región invisible que abre fronteras cuando soñamos.

Pande-terrorismo

Helena Galindo (gt)

 

Dícese del estado de terror con capacidad de destruir el orden previamente establecido, infundiendo en la población un estado de alarma ligado a una parálisis colectiva. Se caracteriza por carecer de una ideología más allá del miedo permanente. Ninguna corriente terrorista llegó a difundirse a nivel global en tan solo unas semanas. Representación de la globalización. Sus células tienen muy bien definidos sus motivos y áreas de trabajo. Las hay bastantes despiadadas, tanto como para realizar un trabajo limpio: cadáveres a mitad de la calle a plena luz del día, sin apariencia de haber sido maniatados, sin marcas ni huellas. No distinguen género ni clases sociales. Otras células han sido encargadas  —como en la era del apogeo neonazi con vestigios de renacer— de deshacerse de la población más vulnerable. Ancianos que creían haber realizado su sueño de terminar en armonía las historias de sus vidas, se enfrentaron a la muerte sin aliento ni compañía.  Las células quizá más crueles fueron las responsables de separar a las madres de sus hijos, y de poner distancia entre los amantes. Parados relojes, boletos y encuentros se dieron los anónimos artífices casi por satisfechos. El daño está hecho.

Poeticalipsis

Ruth Vaides (gt)

 

Es el ocaso semanal de la poeta encuarentenada que solamente pasa los domingos porque es el día de la semana donde se muere más despacito y después de las 14pm, ya que todos se levantan tarde. De lunes a sábado no funciona porque hay que trabajar para comer, en horarios laborales es prohibido ser difunto, y la rutina nos pasa atropellando mientras corre hacia su casa antes que empiece el toque de queda.

Pumpunear

Isolina Herrera (gt)

 

(v. transitivo) Dícese de cuando un perro salchicha bota tu puerta a golpes.

Ejemplo:

Martina pumpuneó la puerta hasta botarla.

Sobrehabitar

Urania (Ura) Callejas-Vidaurre (nc-cr)

 

Hay que sobrevivir la pandemia pero yo la estoy sobrehabitando. Porque acá ya no se vive, ni se existe. Quizá se habita un espacio pero eliminando de ese habitar, el habitual vivir. 

El existir implica una realidad mental que en esta pandemia no está o cambió, existir agrega el tener vida, el vivir que viene del estar vivo o pasar la vida o parte de ella en un lugar, pero esto no es vida. 

La  preposición sobre indica un objeto que está más alto o por encima de otro objeto, dependiendo de la orientación del objeto con base al cual se hace la medición, y yo he sobrehabitado este espacio en confinamiento, “las orientaciones tienen que ver con la intimidad de los cuerpos y los lugares que habitan…el cuerpo nos da una perspectiva, el cuerpo está (aquí) como un punto de partida” 1, pero no estamos partiendo a ningún otro lugar.

En esta pandemia ya no vivo, pocas veces existo, quizá solo habito en aislamiento este espacio, y me contradigo porque al final ¿qué es habitar sino vivir habitualmente? pero me reafirmo porque también es ocupar. Sobrevivimos, sobreocupamos, sobrehabitamos y sobreexistimos, porque el humano se impone sobre todo objeto como queriendo reafirmar una superioridad.

1 Fenomelogía Queer: orientaciones, objetos, otros. Sara Ahmed.

Sombrisa

Jimena Pons Ganddini (gt)

 

Gesto que podría ser de alegría pero que, al no completarse la curvatura de la boca por la sombría pena que se carga por dentro, más parece una mueca gris, desesperanzada, que una sonrisa. Casi, se podría decir, se parece a este país.

Tayuya (o/e)

Regina Solis Miranda (gt)

 

Hace dos semanas llevé a mi abuelita Mira al geriatra. Tiene 94 años recién cumplidos. Siempre ha sido tayuya, muy pocos achaques de gravedad la han aquejado en estas casi diez décadas de vida. Hace ya dos años que recorre el mundo en su silla de ruedas, montada en cuerina azul y llantas metálicas. Una caída le quebró la cadera pero no las ganas de vivir. Por eso la describo así, como una mujer tayuya. Creo que ustedes saben a lo que me refiero.

Una mañana, sin mayor explicación, perdió la habilidad de articular palabras y terminar oraciones. Sus ideas estaban ahí, pero su lengua parecía incapaz de seguirlas. El doctor la examinó con paciencia y ternura y nos confirmó nuestras sospechas: mi abuelita tuvo un pequeño derrame.  Su sangre fuerte e inquieta decidió recorrer nuevos rincones en su cerebro. Ella estaba ahí, observando atenta, lúcida, pero con la boca enredada.

Después de su cita con el doctor, mientras esperábamos un trámite de su pensión, la percibí frágil. ¿Dónde estaba esa cualidad de fortaleza tayuya que me evocaba su piel ceniza y humor punzante? Me acerqué a su oído y le pregunté quedito “¿cómo te sentís?” Con su mirada prendida en mis ojos me dijo “estoy asustada”. Fue la primera vez en mi vida que entendí que mi abuelita, quien siempre ha sido tayuya, comenzaba a apagarse. La tomé de la mano y sobé con amor su piel, que es mi piel, y sus memorias, que son mi historia.

Hoy no la visité, pero la estoy abrazando. No conozco la vida sin ella.

Doña Mira es la mujer que me cantaba canciones de Cri-Cri por las mañanas y me cocinaba panqueques doraditos; esa mujer tayuya que fue atropellada por una motocicleta y no le quedó más que un morete en la pierna; ese espíritu de gigante dulce que anidó en un cuerpo moreno, alegre y sobreviviente al hambre y al duelo.

Mi abuelita, hoy postrada en una cama con sus mejillas chupaditas y ojos perdidos, continúa –por ahora– ganándole el pulso a la muerte. A veces pienso que, si fuera un poquito menos fuerte, podría descansar. Pero ella es así, tayuya.

Textomisorio

Angélica Quiñónez (gt)

 

(s. abstracto) Todos los mensajes que alguna vez colocaste en la barra digital pero te abstuviste de enviar, tuitear o publicar. Acaso porque te sentiste absurda, te arrepentiste, se te pasó la emoción o simplemente entendiste que esa persona no va a responderte. Lo que no sabes es que cada atentado que tecleaste ha pasado a una base de datos donde los algoritmos entretejen tu felicidad.

Zoom

Marta Méndez (gt)

 

La geografía tratando de acercarse a ti, ser virtual. No se acerca ni a tu sombra pero capta tu voz intermitente. Sigue hablando que casi alcanza a tocarte los poros digitales.

Te vas y vuelves en un zoom electrónico. Dame tu contraseña y déjame entrar.